Olives pansides

Olives pansides
Receta de olives pansides

Receta de cómo hacer olives pansides, una de las formas tradicionales de conservar las aceitunas negras mallorquinas. El método de ‘pansir’ consiste en una parcial deshidratación en sal hasta que las aceitunas adquieren una textura arrugada y firme. Estas olivas caseras, típicamente aliñadas, conservan sus propiedades y beneficios naturales, ofreciendo un aperitivo saludable, nutritivo y auténtico de Mallorca, lleno de tradición y auténtico carácter mediterráneo, perfecto para disfrutar en cualquier momento del día.

Estas aceitunas pansides son ideales para acompañar un pa amb oli, al igual que las olives trencades, y destacan por su textura característica y su aroma intenso. Son un ejemplo de la tradición mallorquina y de las recetas más auténticas, combinando tradición y beneficios saludables, perfectas para disfrutar en cualquier aperitivo, plato típico o celebración especial en la isla.

Ingredientes

  • 1 kg de aceitunas negras
  • Sal gruesa
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Dientes de ajo
  • Hojas de laurel
  • Vinagre blanco
  • Jugo de limón (opcional)

Como hacer olives pansides

  1. Lavar y secar las aceitunas

    Lava cuidadosamente las aceitunas negras bajo agua fría para eliminar cualquier suciedad. Luego, colócalas sobre un trapo limpio y deja que se sequen por completo antes de continuar.

  2. Cubrir con sal

    En un recipiente de barro o una olla grande, coloca una capa de sal gruesa en el fondo. Añade las aceitunas completamente secas y cúbrelas por completo con más sal, asegurándote de que queden bien cubiertas.

  3. Reposar y remover diariamente

    Deja las aceitunas en la sal durante aproximadamente diez días. Cada día, remueve suavemente con una cuchara de madera para garantizar que todas las aceitunas se curen por igual. Durante este tiempo, las aceitunas se arrugarán y cambiarán ligeramente de color. Si notas que la sal se ha absorbido demasiado, puedes añadir un poco más para mantenerlas cubiertas.

  4. Lavar y secar después de curar

    Tras el reposo en sal, lava las aceitunas cuidadosamente para retirar toda la sal. Colócalas nuevamente sobre un trapo limpio y deja que se sequen completamente.

  5. Aliñar las aceitunas

    En un recipiente grande, coloca las aceitunas secas y añade aceite de oliva virgen extra y sal al gusto. Mezcla bien para que todas las aceitunas queden cubiertas de aceite de manera uniforme.

  6. Preparar los botes de conservación

    Distribuye las aceitunas aliñadas en botes de cristal herméticos. Añade a cada bote una hoja de laurel, ajo laminado, una cucharadita de vinagre blanco y, si lo deseas, unas gotas de jugo de limón. Esto le dará aroma y un ligero toque ácido que realza el sabor.

  7. Mezclar y almacenar

    Mezcla bien dentro de cada bote para que los sabores se integren. Las aceitunas ya están listas para su consumo inmediato, aunque ganan sabor si reposan unas horas antes de comer. Se conservan en frigorífico o lugar fresco hasta 15 días.

Queso en aceite

Queso en aceite
Receta de queso en aceite

En esta receta casera te enseñamos cómo conservar queso en aceite aromatizado con especias y hierbas, una técnica tradicional que no solo alarga la duración del queso, sino que también potencia su sabor y aroma. Usamos aceite de oliva virgen, aunque también puedes optar por aceite de girasol si prefieres un sabor más neutro. Este método de marinado con romero, ajo, orégano, pimienta y un toque picante con guindilla crea un queso único y delicioso que puedes preparar fácilmente en casa.

Para esta conserva recomendamos utilizar un queso curado, como el queso de Mahón, pero también funciona muy bien con quesos semicurados. Lo ideal es esperar al menos dos semanas para que el queso absorba todos los aromas, aunque con dos meses el resultado será todavía más intenso y sabroso. Conservar el queso en aceite con especias convierte esta preparación en un aperitivo perfecto disfrutar en cualquier ocasión.

Ingredientes

  • Queso de Mahón curado
  • Aceite de oliva virgen extra
Aromatizantes opcionales (según preferencia):
  • Ramita de tomillo
  • Bolitas de pimienta negra
  • Guindilla
  • Diente de ajo
  • Hoja de laurel

Como hacer queso en aceite

  1. Preparar el queso

    Quita la corteza del queso de Mahón curado y córtalo en cuadrados de tamaño uniforme, aproximadamente de 2 a 3 cm de lado.

  2. Esterilizar los tarros

    Antes de colocar el queso, asegúrate de que los tarros de cristal estén completamente limpios y esterilizados. Puedes hervirlos en agua durante 10 minutos o lavarlos en el lavavajillas con ciclo caliente. Esto evitará contaminaciones y prolongará la conservación del queso en aceite.

  3. Colocar el queso en los tarros

    Introduce los trozos de queso en los tarros de manera ordenada, dejando un pequeño espacio entre ellos para que el aceite y los aromatizantes puedan circular y cubrir todos los trozos de forma uniforme.

  4. Añadir los aromatizantes

    Agrega los aromatizantes según tu preferencia. Por ejemplo, en un tarro puedes poner una ramita de tomillo, unas bolitas de pimienta negra, una guindilla y un diente de ajo sin piel; en otro tarro, añade una hoja de laurel, un diente de ajo y unas bolitas de pimienta negra. Estos ingredientes le darán al queso un sabor característico, aromático y equilibrado.

  5. Cubrir con aceite de oliva virgen extra

    Rellena los tarros completamente con aceite de oliva virgen extra hasta cubrir todos los trozos de queso y los aromatizantes. Asegúrate de que no queden burbujas de aire atrapadas; puedes mover ligeramente el tarro para que el aceite se distribuya bien.

  6. Cerrar y almacenar

    Cierra los tarros herméticamente y colócalos en un lugar fresco, seco y oscuro. Deja reposar el queso en aceite durante un mínimo de dos semanas antes de consumir para que los sabores se integren y se intensifiquen.

  7. Disfrutar del queso en aceite

    Tras el tiempo de reposo, tu queso de Mahón en aceite estará listo para degustar. Puedes acompañarlo con pan artesanal, frutos secos o como parte de una tabla de aperitivos.

Mermelada de naranja casera

Mermelada de naranja
Receta de mermelada de naranja casera

En esta receta aprenderás a preparar una deliciosa mermelada de naranja casera, de manera fácil y rápida. Para lograr una textura suave usamos el pasapurés, aunque si prefieres, puedes utilizar la licuadora para triturar las frutas y conseguir otra consistencia. Esta conserva sencilla y light incluye la piel de naranja cortada en bastoncitos, que aporta sabor y textura, perfecta para untar en pan, acompañar con queso o añadir a un yogur en el desayuno o la merienda. Además, el precio de los ingredientes es muy económico y al prepararla en casa controlas la calidad y el dulzor.

Una vez envasada correctamente, esta mermelada tradicional puede durar varias semanas, ideal para guardar y disfrutar con calma. Sigue el paso a paso para preparar esta conserva casera, desde lavar y pelar las naranjas hasta la cocción final, y consigue una textura densa con un bonito color anaranjado que encantará a todos.

Ingredientes

  • 1 kg de naranjas
  • 200 g de manzanas
  • 500 g de azúcar

Como hacer mermelada de naranja

  1. Preparar las naranjas

    Lava bien las naranjas bajo agua fría. Pela únicamente la parte coloreada de la cáscara, evitando la piel blanca que amarga. Corta la piel en tiras finas o bastoncitos que se incorporarán a la mermelada para aportar textura y aroma.

  2. Preparar la pulpa de naranja y las manzanas

    Separa la pulpa de la naranja de la piel blanca restante y retira todas las semillas. Corta la pulpa en trozos medianos. A continuación, pela las manzanas y córtalas en dados pequeños.

  3. Cocer la fruta con azúcar

    En una cazuela amplia, mezcla la pulpa de naranja, las manzanas y el azúcar. Lleva a ebullición a fuego medio-alto, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue. Cocina durante cinco minutos hasta que el azúcar se disuelva y la fruta comience a ablandarse.

  4. Triturar la mezcla

    Pasa la mezcla por un pasapurés o trituradora manual para obtener una textura uniforme. Devuelve la fruta triturada a la cazuela. Añade ahora las tiras de piel de naranja previamente cortadas.

  5. Cocción final y espumado

    Continúa la cocción a fuego medio durante 15 minutos, retirando con una espumadera la espuma que se forme en la superficie para obtener una mermelada más limpia y brillante.

  6. Comprobar el punto de densidad

    La mermelada estará lista cuando adquiera una consistencia similar a la miel y un bonito color anaranjado intenso. Puedes hacer la prueba del plato frío colocando una pequeña cantidad sobre un plato frío y observando si mantiene su forma.

  7. Envasado y conservación

    Retira la cazuela del fuego. Rellena tarros de vidrio previamente esterilizados, cerrándolos bien. Para asegurar la conservación, puedes hervir los tarros llenos durante 10 minutos o guardarlos en la nevera una vez abiertos.

Aceitunas partidas [Olives trencades]

Olives trencades
Receta de aceitunas partidas [Olives trencades]

Las olives trencades son una receta tradicional mallorquina que en castellano se conocen como aceitunas partidas o machacadas. Se dice que esta preparación viene de la época de los romanos. Es una receta fácil y casera que se hace con unos pocos ingredientes básicos, ya que las aceitunas mallorquinas se parten y se aliñan únicamente con hierbas y sal.

El momento perfecto para elaborar esta receta es durante los meses de octubre y noviembre, coincidiendo con la recogida de la aceituna verde en Mallorca. Es una tradición que muchas familias siguen año tras año, preparando sus propios botes de olives trencades para disfrutar durante todo el año.

Estas olivas mallorquinas no solo conservan el sabor auténtico del campo, sino que también son una excelente opción para acompañar un buen pa amb oli, como aperitivo o como parte de una buena merienda mallorquina.

Ingredientes

  • Aceitunas verdes
  • Pimientos verdes picantes
  • Hinojo fresco (incluidos los troncos)
  • Agua
  • Sal
  • 1 huevo (Para comprobar el punto de sal)

Como hacer aceitunas partidas

  1. Preparar las aceitunas

    Lava bien las aceitunas verdes para quitar restos de polvo o impurezas. Después, pártelas de una en una con un martillo o piedra limpia, golpeándolas con cuidado para abrir la piel sin romper el hueso. Este paso es fundamental para que amarguen y absorban bien el aliño.

  2. Llenar los botes de cristal

    Coloca las aceitunas partidas en botes de cristal esterilizados. Primero rellena hasta la mitad de cada bote y añade algunos trozos de guindilla y ramas de hinojo. Mueve ligeramente el bote para que los ingredientes se distribuyan entre las aceitunas.

  3. Completar con aceitunas y hinojo

    Termina de llenar los botes con más aceitunas hasta llegar casi al borde. Coloca troncos gruesos de hinojo en la parte superior para hacer presión y evitar que las aceitunas floten cuando se vierta el aguasal.

  4. Preparar el aguasal

    En un recipiente grande, disuelve la sal en el agua. Remueve bien hasta que no queden cristales de sal. Para comprobar el punto exacto, introduce un huevo limpio en la mezcla: el aguasal estará listo cuando el huevo flote dejando ver solo la parte superior, del tamaño aproximado de una moneda.

  5. Cubrir las aceitunas con el aguasal

    Vierte el aguasal sobre las aceitunas hasta cubrirlas completamente. Asegúrate de que no queda aire dentro del bote y que las aceitunas quedan siempre sumergidas. Tapa los botes herméticamente.

  6. Tiempo de reposo y consumo

    Deja los botes reposar en un lugar fresco y oscuro. A los 10 días las aceitunas partidas ya estarán listas para comer, aunque si se dejan más tiempo, su sabor será más intenso y equilibrado.

Video Receta

Tomate frito casero

Tomate frito casero
Receta de tomate frito casero

En esta receta te enseñamos cómo hacer, de manera fácil y rápida, tomate frito casero; el cual vais a poder conservar en tarros de cristal durante meses, manteniendo todo su sabor y calidad. Es una receta muy práctica, ideal para preparar en grandes cantidades y tener siempre a mano una buena salsa de tomate envasada al vacío, hecha en casa y con ingredientes de calidad.

Te recomendamos utilizar al menos 5 kilos de tomate natural para obtener una salsa triturada espesa y sabrosa, perfecta para usar durante todo el año. El proceso consiste en freír el tomate con ajo, especias y aceite durante una hora; luego se añade azúcar para quitar la acidez. Finalmente, se embota la salsa en frascos de vidrio y se somete a baño maría durante 20 minutos para conservar al vacío y guardar sin problemas.

Hay una gran cantidad de recetas mallorquinas que llevan tomate frito casero, como puede ser el tumbet mallorquín. ¡Así que ya sabéis, preparad este tomate frito casero y podréis usarlo para muchas recetas!

Ingredientes

  • 5 kg de tomates maduros
  • 2 cucharadas de azúcar moreno
  • 7 dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Pimienta negra recién molida
  • Pimentón dulce
  • Sal

Como hacer tomate frito casero

  1. Lavar y trocear los tomates

    Lavamos los tomates cuidadosamente bajo agua fría, retirando cualquier impureza o restos de tierra. Sin pelarlos, cortamos cada tomate en trozos medianos, listos para la cocción.

  2. Preparar el aceite y los ajos

    En una cazuela grande, añadimos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Pelamos los dientes de ajo haciendo un pequeño corte longitudinal y los incorporamos al aceite frío. Calentamos a fuego medio hasta que los ajos empiecen a dorarse ligeramente.

  3. Cocinar los tomates con condimentos

    Agregamos los tomates troceados a la cazuela. Salpimentamos al gusto y añadimos pimentón dulce. Removemos suavemente para que todos los ingredientes se mezclen de manera homogénea.

  4. Cocción lenta del tomate

    Tapamos la cazuela y dejamos cocer a fuego medio-bajo durante aproximadamente 1 hora. Durante la cocción, podemos remover de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo.

  5. Ajustar la acidez

    Pasada la hora, añadimos dos cucharadas soperas de azúcar moreno para equilibrar la acidez del tomate. Removemos bien y dejamos cocer 5 minutos más para integrar el azúcar.

  6. Triturar la salsa

    Retiramos la cazuela del fuego y dejamos enfriar unos minutos. Una vez templada, pasamos la salsa por un pasapurés o batidora de mano hasta obtener una textura suave y uniforme.

  7. Preparar los tarros para conservar

    Vertemos la salsa caliente en tarros de cristal previamente esterilizados. Añadimos un hilo de aceite de oliva virgen extra en la superficie de cada tarro para ayudar a su conservación y cerramos bien con sus tapas.

  8. Esterilizar los tarros

    Colocamos los tarros dentro de una olla grande y los cubrimos completamente con agua, asegurando que sobrepasen la altura de los tarros. Hervimos durante 20 minutos para garantizar una conservación segura de la salsa.

  9. Enfriar y almacenar

    Dejamos los tarros dentro de la olla con el agua tras la cocción para que se enfríen lentamente y se asegure el vacío. Una vez fríos, podemos almacenarlos en un lugar fresco y oscuro, listos para usar en cualquier receta que requiera tomate frito casero.

Video Receta

Pimientos asados en conserva

Pimientos asados en conserva
Receta de pimientos asados en conserva

Esta receta casera de pimientos rojos asados en conserva es rápida y fácil de hacer, ideal para embotar y disfrutar de pimientos durante todo el año. Te explicamos cómo prepararlos en el horno y conservarlos con su propio jugo después de hervirlos, además de un chorrito de aceite de oliva virgen extra, para mantener todo su sabor natural y textura perfecta.

Recomendamos hacer esta receta durante el mes de septiembre, en plena temporada de los pimientos, cuando están en su punto óptimo de madurez y sabor. Si os animáis a prepararla, podéis aprovechar para hacer esta fantástica coca de pimientos asados o esta coca poblera tradicional.

Una vez embotados, los pimientos se pueden conservar durante todo el año en un lugar fresco, seco y oscuro para preservar su calidad. Una vez abierto el bote, es recomendable guardarlo en la nevera y consumirlo en una semana.

Ingredientes

  • Pimientos rojos grandes y carnosos
  • Agua
  • Aceite de oliva virgen extra

Como hacer pimientos asados en conserva

  1. Preparar los pimientos

    Lavamos bien los pimientos rojos bajo un chorro de agua para eliminar cualquier resto de polvo o suciedad. Es importante que estén limpios y secos antes de meterlos al horno para que se asen de manera uniforme.

  2. Asar los pimientos en el horno

    Colocamos los pimientos enteros sobre una bandeja de horno cubierta con papel de aluminio o papel vegetal. Precalentamos el horno a 220 °C y los introducimos unos 30 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción para que se tuesten por todos los lados.

  3. Enfriar y conservar los jugos

    Al sacarlos del horno, dejamos que se enfríen un poco dentro de la misma bandeja, tapados con un paño o con papel de aluminio para que suden. Este paso facilita el pelado y ayuda a conservar el jugo natural que sueltan, muy valioso para la conserva.

  4. Pelar y cortar los pimientos

    Una vez templados, retiramos el tronco, las semillas y la piel con cuidado. Los cortamos en tiras gruesas, que resultan más prácticas.

  5. Rellenar los tarros de cristal

    Vamos colocando las tiras de pimiento dentro de tarros de cristal esterilizados, procurando que queden bien compactas y sin huecos grandes. Añadimos también el jugo de los pimientos que habíamos reservado y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, que ayuda a conservarlos y potencia su sabor.

  6. Sellar y cocer los tarros

    Cerramos los tarros con fuerza y los colocamos dentro de una olla grande. Cubrimos completamente con agua, sobrepasando la altura de los tarros, y llevamos a ebullición. Hervimos durante 20 minutos para garantizar el correcto sellado al vacío.

  7. Enfriar y guardar la conserva

    Apagamos el fuego y dejamos que los tarros se enfríen dentro de la olla con el agua. Este enfriado lento ayuda a que el vacío se selle de forma natural. Una vez fríos, los sacamos, secamos y guardamos en un lugar fresco y oscuro.

Video Receta

Alcachofas en conserva

Alcachofas en conserva
Receta de alcachofas en conserva

En esta receta vamos a preparar alcachofas en conserva, una forma casera, práctica y saludable de disfrutar este ingrediente durante todo el año. Esta receta de alcachofas en conserva es perfecta para aprovechar la temporada de alcachofas, que en el Mediterráneo va de noviembre a abril, cuando están más tiernas, sabrosas y a mejor precio.

Las alcachofas destacan por sus propiedades saludables, como su aporte en fibra y antioxidantes, ideales para dietas equilibradas. Gracias a esta conserva casera con vinagre, las alcachofas mantienen gran parte de sus propiedades, sabor y textura natural, evitando los conservantes y aditivos presentes en las alcachofas de bote que puedes comprar.

Esta conserva al natural es ideal para usar en recetas tradicionales como el arroz brut o una paella. Además, una vez abiertas, se pueden preparar marinadas o confitadas en aceite para un toque gourmet. Preparar esta receta en casa te asegura un producto fresco y económico, listo para usar cuando quieras.

Ingredientes

  • Alcachofas frescas
  • Agua
  • Zumo de limón
  • Vinagre de vino
  • Sal

Como hacer alcachofas en conserva

  1. Seleccionar y preparar las alcachofas

    Lava cada alcachofa con agua fría y corta parte del tallo, dejando unos dos centímetros. Retira las hojas exteriores más duras hasta llegar a las de color más claro y tiernas, que son las que se usarán para la conserva.

  2. Cortar y limpiar el interior

    Parte cada alcachofa por la mitad y, con una cucharilla o cuchillo pequeño, retira el heno o corazón fibroso del centro. Este paso es esencial para que las alcachofas queden tiernas y no amarguen.

  3. Evitar la oxidación

    Prepara un recipiente grande con agua fría, el zumo de un limón y una cucharada de vinagre. A medida que limpias las alcachofas, sumérgelas en esta mezcla para que no se oscurezcan por la oxidación. Déjalas reposar ahí mientras terminas de limpiar todas.

  4. Cocer las alcachofas

    Llena una cazuela amplia con agua suficiente para cubrir las alcachofas. Añade un vaso de vinagre de vino y una cucharadita de sal. Cuando el agua empiece a hervir, incorpora las alcachofas escurridas. Tapa la olla y deja cocer a fuego medio durante unos 15 minutos, hasta que estén tiernas pero sin deshacerse.

  5. Escurrir y enfriar

    Una vez cocidas, retira las alcachofas con una espumadera y resérvalas. No tires el caldo de cocción, ya que se utilizará para cubrir los tarros. Deja que las alcachofas se enfríen completamente antes de manipularlas.

  6. Envasar las alcachofas

    Coloca las alcachofas frías dentro de tarros de cristal previamente esterilizados. Intenta llenarlos lo máximo posible sin aplastarlas, dejando aproximadamente un centímetro libre hasta el borde del tarro.

  7. Cubrir con el caldo de cocción

    Vierte el caldo reservado hasta cubrir por completo las alcachofas. Asegúrate de que no queden burbujas de aire. Limpia bien los bordes del tarro y ciérralo con fuerza.

  8. Esterilizar los tarros (baño maría)

    Coloca los tarros cerrados dentro de una olla grande y cúbrelos con agua, sobrepasando al menos dos o tres centímetros su altura. Lleva a ebullición y hierve durante 20 minutos para crear el vacío que garantizará una conservación segura y duradera.

  9. Enfriar y conservar

    Apaga el fuego y deja que los tarros se enfríen dentro de la olla con el agua. Una vez fríos, sécalos bien y guarda las alcachofas en un lugar fresco, seco y alejado de la luz.

  10. Tiempo de reposo y consumo

    Deja reposar las alcachofas al menos una semana antes de consumirlas para que adquieran mejor sabor y textura. Una vez abierto el tarro, consérvalo en el frigorífico y consúmelo en los siguientes días.

Video Receta