 
   En esta receta vamos a preparar alcachofas en conserva, una forma casera, práctica y saludable de disfrutar este ingrediente durante todo el año. Esta receta de alcachofas en conserva es perfecta para aprovechar la temporada de alcachofas, que en el Mediterráneo va de noviembre a abril, cuando están más tiernas, sabrosas y a mejor precio.
Las alcachofas destacan por sus propiedades saludables, como su aporte en fibra y antioxidantes, ideales para dietas equilibradas. Gracias a esta conserva casera con vinagre, las alcachofas mantienen gran parte de sus propiedades, sabor y textura natural, evitando los conservantes y aditivos presentes en las alcachofas de bote que puedes comprar.
Esta conserva al natural es ideal para usar en recetas tradicionales como el arroz brut o una paella. Además, una vez abiertas, se pueden preparar marinadas o confitadas en aceite para un toque gourmet. Preparar esta receta en casa te asegura un producto fresco y económico, listo para usar cuando quieras.
Ingredientes
- Alcachofas frescas
- Agua
- Zumo de limón
- Vinagre de vino
- Sal
Como hacer alcachofas en conserva
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    Seleccionar y preparar las alcachofas
    Lava cada alcachofa con agua fría y corta parte del tallo, dejando unos dos centímetros. Retira las hojas exteriores más duras hasta llegar a las de color más claro y tiernas, que son las que se usarán para la conserva. 
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    Cortar y limpiar el interior
    Parte cada alcachofa por la mitad y, con una cucharilla o cuchillo pequeño, retira el heno o corazón fibroso del centro. Este paso es esencial para que las alcachofas queden tiernas y no amarguen. 
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    Evitar la oxidación
    Prepara un recipiente grande con agua fría, el zumo de un limón y una cucharada de vinagre. A medida que limpias las alcachofas, sumérgelas en esta mezcla para que no se oscurezcan por la oxidación. Déjalas reposar ahí mientras terminas de limpiar todas. 
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    Cocer las alcachofas
    Llena una cazuela amplia con agua suficiente para cubrir las alcachofas. Añade un vaso de vinagre de vino y una cucharadita de sal. Cuando el agua empiece a hervir, incorpora las alcachofas escurridas. Tapa la olla y deja cocer a fuego medio durante unos 15 minutos, hasta que estén tiernas pero sin deshacerse. 
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    Escurrir y enfriar
    Una vez cocidas, retira las alcachofas con una espumadera y resérvalas. No tires el caldo de cocción, ya que se utilizará para cubrir los tarros. Deja que las alcachofas se enfríen completamente antes de manipularlas. 
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    Envasar las alcachofas
    Coloca las alcachofas frías dentro de tarros de cristal previamente esterilizados. Intenta llenarlos lo máximo posible sin aplastarlas, dejando aproximadamente un centímetro libre hasta el borde del tarro. 
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    Cubrir con el caldo de cocción
    Vierte el caldo reservado hasta cubrir por completo las alcachofas. Asegúrate de que no queden burbujas de aire. Limpia bien los bordes del tarro y ciérralo con fuerza. 
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    Esterilizar los tarros (baño maría)
    Coloca los tarros cerrados dentro de una olla grande y cúbrelos con agua, sobrepasando al menos dos o tres centímetros su altura. Lleva a ebullición y hierve durante 20 minutos para crear el vacío que garantizará una conservación segura y duradera. 
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    Enfriar y conservar
    Apaga el fuego y deja que los tarros se enfríen dentro de la olla con el agua. Una vez fríos, sécalos bien y guarda las alcachofas en un lugar fresco, seco y alejado de la luz. 
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    Tiempo de reposo y consumo
    Deja reposar las alcachofas al menos una semana antes de consumirlas para que adquieran mejor sabor y textura. Una vez abierto el tarro, consérvalo en el frigorífico y consúmelo en los siguientes días.